EMBRIAGUEZ RUIDOSA
Aún dormida cuando empezó todo. Oí ruidos de puerta torpemente abierta y malcerrada. Pasos tambaleantes acercándose.Creía que eras tú, y en cuerpo lo eras, pero no te reconocí.
Un grito redoblado por la embriaguez de demasiadas copas con los amigos, chillaba mi nombre por el pasillo.
-¿ Qué hora es?- pregunté-
-Cállate!! cállate!!
Era evidente.
-Has bebido demasiado. Ven. Acuéstate.
Sentado en tu lado de la cama, escuchaba el cascabeleo de llaves y monedas que salían volando de tus pantalones desequelibradamente desvestidos.
Estirado, acercaste tu cara a la mia – que peste a vino, cervezas y cubatas-pensé- pero me dí la vuelta sin decir nada.
-¿ Ya no te pongo?, no contesté.
-¿ Ahora te has quedado muda?
Tu mano rodeó mi cintura bruscamente, me apretabas demasiado para ser amor.Me diste la vuelta,te miré y tus ojos inundados me pedían un polvo.
-Hoy no, es tarde y los ñiños duermen
Me besaste con tu boca pastosa.
-Te he dicho que no
Escuchaba tu respiración acelerada y el bulto en tus calzoncillos.La insistencia me estaba poniendo nerviosa...aparté tu mano.Tal como toro encabronado en celo escuchaba tus mugidos desde el pecho hasta la boca
-Ven aquí, será sólo un momento
-No, por favor
El alcohol te pone cachondo y aún estando empapado de whisky no estabas dispuesto a desistir.
-Mañana, si llegas pronto, te preparo una sorpresa...pero ahora no, estoy cansada
-¿ Cansada tu? Jajajajaja no me hagas reir. Si estuvieras 8 horas delante de una máquina martilleándote los oídos constantemente sabrías lo que es el cansancio, sabrías lo que es trabajar, ¿ llevar a los niños al colegio te cansa?
Venga ven aquí y déjate de tonterías!!!
-No!!
Rasgaste mi camisón por querer llevarme a la dirección equivocada de la cama, yo me resistía ya con lágrimas impotentes.
De un salto te pusiste encima mio, me abriste las piernas, yo no quería y hacía fuerza, me chasqueaban las rodillas, me dolían.
Mi boca esquivaba la tuya y por fin las lágrimas brotaban, castañeo en la boca, sudor en la espalda, miedo, impotencia...edor, todo se unía y no había nada que hacer.
Pero no estaba dispuesta a rendirme.
-Apártate cabrón!! ¿pero qué te has creido???
Por fin la rabia, un golpe en tu pecho, con todas mis fuerzas, conseguí alejar unos centímetros de mi tu cara demente. Moví las piernas, rápido, como una niña jugando, aleteaba, pataleaba...no quería!!
Gritos desquiciados, hambrientos de respuestas, rabia acumulada, contrariada, amor idiota..todo en una cama.
No llegaste a penetrarme, me hubieras rasgado la vida, bueno...ya lo has hecho. Después de esto, después de 10 años, después de todo no queda nada.
Mercè Aranda
08 de Febrer 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario