
LENGUA DE FUMADOR
Siempre tuvo cierta debilidad por esos hombres distantes y exquisitos que habitan las calles con sombra de rotamundos incansables.
Mochila en mano, sucia,
perros, flautas y ciertas habilidades.
Malabares coordinados por los aires
ropas rotas
ojos ebrios
¿crític@s o ratas de ciudad?
unas monedillas, guapa!
y la pobre Clara
saca unos pocos euros para regalar
ojos que en segundos
se clavan
cuerpos que hierven
embrujados
se pierden
nadan en té verde y
gotas de limón estrujado
salpicando en la cara
-¿buen gusto?
-No! Amarga!
Pobre Clara
un rostro sucio pero de piel suave la atrajo al callejón de su alma
a la calle sin salida
a la negrura de sus pies
y así...
se pasó a otro “modus vivendi”
miró el mundo desde abajo
abrazada
tirada
enamorada y perdida por unas rastas empapadas en agua salada
me contaba el sabor de sus frases empanadas
de sus manos rebozadas
de sus orejas enlatadas
me contaba el sabor de su sexo edulcorado
de su ombligo de ensaimada
me contaba el edor de sus cuerpos después de una semana
de sus perros de la guarda
la levedad de una relación que la arrastraba
buenos días con resaca
labios de vino tinto barato de supermercado
comidas podridas
me contaba el sabor de su boca alquitranada
de su lengua
marihuana
colocón
cada vez que lo besaba.
En esa selva se perdió Clara
contenta pero callada.
Y hace poco en un sueño la soñé
era ella
su cuerpo horizontal, su piel, su cara...
sumergida en la boca de su rasta
encendidos los cabellos
que ni mis ni sus lágrimas no apagaban
calada tras calada
mi Clara
mi pobre Clara
consumida
fumada.
Que noche más amarga!
Sudada en humo negro me levanté aún de madrugada
tos preocupada
mi cuerpo ardía de calor
me horrorizaba el edor
no sabía ni donde estaba
y
tranquila pero cansada
como un porrito entre sábanas blancas enrroscada
a mi lado Clara dormitaba
a mi lado me abrazaba
seguro que ella también soñaba.
Mercè Aranda
29 Març 2006
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